Los avances tecnológicos recientes, como la internet, teléfonos inteligentes y redes sociales, han puesto en la punta de los dedos de la gente un inmenso poder. Con solo tocar una pantalla o un botón, cualquier persona puede difundir información de toda índole, verdadera o falsa. Desafortunadamente, este poder está siendo utilizado para generar confusión y desconfianza, y socavar procesos e instituciones democráticas. Si bien las noticias falsas no son nada nuevas — no, no se inventaron repentinamente durante la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos—, la capacidad de llevarlas a cualquier rincón del planeta representa un reto enorme para la institucionalidad democrática.
Existen muchas personas que utilizan los medios de comunicación para ganar poder, desacreditar ideas, debilitar a competidores o destruir adversarios. No obstante, el poder de la información no tiene necesariamente que ser utilizado para propósitos oscuros. La tecnología también es una gran herramienta para diseminar la verdad. Los medios pueden ser utilizados para promover un discurso que privilegie los hechos sobre la ficción, la razón sobre el miedo.
Las elecciones y los sistemas electorales siempre han sido particularmente vulnerables a la desinformación. Actores inescrupulosos diseminan mentiras sistemáticamente para socavar la integridad de las elecciones. Utilizando noticias falsas o fake news incitan al miedo, la ansiedad y la desconfianza entre los votantes. La labor de los funcionarios electorales de administrar y proteger las elecciones es hoy día muchísimo más compleja por esta razón. La integridad electoral está siendo amenazada por la promoción de información falsa difundida por quienes buscan influir en los resultados electorales o la credibilidad de los mismos. En vista de esto, no es suficiente que los funcionarios administren los asuntos estrictamente electorales de manera inteligente y competente. También deben gestionar la información que circula en torno a las elecciones. Deben abordar de manera activa la lucha contra las fake news.
Gracias a nuestra amplia trayectoria electoral, hemos adquirido gran experiencia en torno a esta tendencia creciente, la difusión de desinformación. A lo largo de la última década y media hemos ayudado a numerosas comisiones electorales a luchar contra este fenómeno que amenaza con socavar el trabajo de los funcionarios electorales y deslegitima a los líderes electos democráticamente. Este manual fue escrito a partir de esa experiencia.
Equipo de Smartmatic
Capítulo 1
Cómo la información falsa afecta el trabajo de los Organismos
Capítulo 2
Guía estratégica de comunicaciones bajo crisis en cinco pasos
Paso 1 – Audite el contexto
Paso 2 – Desarrolle un plan de comunicaciones bajo crisis
Paso 3 – Prepárese por anticipado
Paso 4 – Tome acción durante una crisis
Paso 5 – Evaluación post-electoral
Capítulo 3
Recomendaciones finales
Glosario
Fuente: 2018 American Views: Trust, Media and Democracy – Gallup/Knight Foundation
Las elecciones son eventos de duración limitada donde todo funciona bajo considerable presión, lo cual acarrea consecuencias de suma importancia. La información confiable y vinculante que ofrezcan las autoridades electorales durante una elección es fundamental para la confianza y la participación de los votantes. Muchos factores pueden llevar las comunicaciones a un nivel de crisis: largas colas, averías en las máquinas de votación, acusaciones de fraude, retraso en el anuncio de resultados y muchos más.
Las noticias falsas sobre elecciones —informaciones engañosas centradas en crear, promover o compartir hechos o eventos ficticios— pueden encender o agravar una crisis comunicacional durante una elección o apenas ésta concluya. Tal crisis comunicacional podría perjudicar significativamente la reputación y la confianza depositadas por los ciudadanos en el Organismo Electoral (OE).1
Disponer de una guía sencilla de seguir para contrarrestar noticias falsas y prevenir crisis comunicacionales es una necesidad para las autoridades electorales. Puede ayudar a ahorrar tiempo, fortalecer el liderazgo, ofrecer la sensación de que se está en disposición y capacidad de actuar de inmediato, contribuir a inspirar confianza en las autoridades electorales y, sobre todo, proteger la integridad de la elección.
Durante las elecciones presidenciales de 2016 en los Estados Unidos, se hizo evidente que las fake news son un grave problema de escala mundial. La influencia de la desinformación y la información errada en torno al tema electoral2 está obligando a los OE a ser más proactivos, receptivos y a estar mejor preparados. Por consiguiente, el propósito de este manual es dotar a los OE de una hoja de ruta comunicacional para combatir las falsas noticias, y al mismo tiempo suministrar fuentes de información útiles y confiables.
Un enfoque para el manejo de una crisis comunicacional reconoce la urgencia de comprometerse con rapidez y energía a reducir los efectos de las informaciones falsas, y a proporcionar claridad basada en hechos a individuos que han sido víctimas de la desinformación. Se debe abarcar a votantes, candidatos y organizaciones durante la crisis y proveerlos de los hechos verificables que necesitan para tomar decisiones informadas y para reaccionar frente a las mentiras.
Los expertos en comunicaciones están de acuerdo en que contar con un plan de comunicaciones para crisis bien desarrollado es fundamental para su manejo. Los intercambios de información producidos dentro y entre las autoridades, organizaciones, medios de comunicación, incluyendo individuos y grupos interesados, tanto antes como durante y después de una elección, deben ser monitoreados regularmente, verificados y compartidos. Esto ayuda a contrarrestar la desinformación y prevenir una crisis comunicacional o mitigar su impacto si esta se materializa.
Este manual incluye las mejores prácticas y pautas para ayudar a los OE a coordinar sus comunicaciones internas y externas en respuesta a una posible crisis causada por informaciones erradas o desinformación en la prensa y en las redes sociales durante un ciclo electoral.
El capítulo uno ofrece una breve perspectiva sobre cómo las falsas noticias pueden impactar negativamente las elecciones, el trabajo del OE, y la confianza del público en el proceso. Además, provee la base para entender las aplicaciones prácticas descritas en los capítulos siguientes.
El capítulo dos proporciona una guía práctica para conformar un plan en caso de crisis comunicacional para hacer frente a la información falsa que pueda poner en riesgo una elección o la credibilidad de la misma.
El capítulo tres presenta recomendaciones finales acerca del correcto manejo del flujo de información y para la evaluación del desempeño de la autoridad electoral durante una crisis.